sábado, 20 de agosto de 2011

DESCUBRIENDO EL CIELO - IV: Mis primeras lunas de Júpiter



La noche del 12 al 13 de agosto, aprovechando la lluvia de las Perseidas, planifiqué una noche de astronomía. Por cuestiones laborales, no tenía la posibilidad de marchar fuera del radio de acción de nuestra odiada contaminación lumínica, así que mis espectativas, la verdad, no eran muchas...

Pertrechado con unos prismáticos 10x50, me dediqué a ver la Luna. Por momentos, las nubes amenazaban con tapar el cielo, y a ratos así lo hacían. De la lluvia de las Perseidas poco puedo hablar. Tras localizar de manera más intuitiva que real la constelación de Perseo debido a la enorme Luna Llena que iluminaba el cielo, me senté a esperar tan ansiado espectáculo, pero el resultado fué casi nulo: apenas 2 fogonazos muy tenues... Debido a las malas condiciones que tenía, la verdad, ya me dí por satisfecho.

Y entonces, a eso de las 02h. de la mañana (00h. T.U.), una luz brillante en el cielo llamó mi atención: Júpiter. Por suerte, las nubes me dieron una pequeña tregua, y se instalaron sobre la Luna, tapándola y permitiéndome apuntar con mis prismáticos apoyados en un improvisado trípode, y... allí estaban: junto a Júpiter, 3 puntos muy débiles pero perfectamente alineados. Fué un momento importante para mí. No tenía datos sobre cuáles eran, pero lo que me extrañaba es que me faltaba una, ya que según tenía entendido, eran 4 las lunas galineanas, así llamadas por ser Galileo quien las divisó el 7 de enero de 1610. Como curiosidad, decir que Galileo las llamó Júpiter I, II, III y IV, y fué el astrónomo Simón Marius quien les otorgó el nombre con las que las conocemos actualmente: Io, Europa, Ganímedes y Calisto.

Algo "mosca" por esta falta, al día siguiente consulté el Stellarium, y los datos que me dió sirvió para localizar y poner nombre a los "puntitos" que pude ver la noche anterior. Sin embargo, no me resolvía el "misterio": seguía faltándome una luna...


No sería hasta algún día después, y tras consultar en el foro www.astronomo.org , pude entender qué había pasado: Io no lo había podido ver ya que estaba transitando por Júpiter, con lo que ahí tenía resuelto el misterio. Aquí os dejo una foto de "hyomismo" del foro Astrónomo.org, que retrata ese momento (véase el puntito negro sobre Júpiter: ahí esta Ío):


Éste fué mi primer contacto con "otras lunas". Espero que, con el tiempo, pueda profundizar un poco más en estos objetos, y con más medios. Sin duda, una de mis noches "inolvidables" en mi aprendizaje astronómico...

De momento, y para ir profundizando un poco en estas lunas, os adjunto algo de información de ellas (vía Wikipedia):

Ío

Es el satélite galineano más cercano a Júpiter. Las fuerzas de marea provacadas por la fuerte atracción gravitatoria de Júpiter son tan marcadas que provocan un vulcanismo muy activo, cuya consecuencia es la ausencia total de cráteres de impacto. Su superficie está cubierta de azufre.

Europa

El más pequeño de los satélites galineanos, sin embargo quizás sea el más interesante. Está cubierto por una capa de hielo, y tiene muy pocos cráteres, lo que indica una superficie relativamente joven. Se piensa (y existen bastantes evidencias a favor) que debajo de la "cáscara" de hielo sólido de su superficie debe existir un océano de agua líquida. Las estimaciones del grosor de la cáscara de hielo van desde 10 a 100 kilómetros.

Ganímedes

No sólo es el satélite más grande de Júpiter, sino también el más grande del Sistema Solar. Se especula que Ganímedes también pueda tener un océano escondido debajo de su superficie, cubierta de hielos. Ganímedes está compuesto de silicato y hielo, con una corteza de hielos que flota encima de fangoso manto.

Calisto

Es el satélite galineano más lejano de Júpiter, y es también el que tiene la superficie más vieja, ya que está saturada de cráteres.